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¡Marcas como realme o Bandai Namco entran en nuestro «Garage»!

No podíamos empezar mejor este 2020. Cinco nuevos clientes: realme, Bandai Namco, Martin Varsavsky, Ingenico Group y Talent Garden, han decidido confiar en nosotros para gestionar su comunicación. Coincidiendo con la llegada de estas nuevas compañías, ampliamos equipo con la incorporación de tres consultoras que llegan a los equipos de Tecnología, Consumo y Marketing Digital.

Las nuevas compañeras en el equipo de PRGarage, que está formado ya por 17 personas, son: Alexandra Di Lorenzo, Clara Castaño y Maider Baranda. A consecuencia de este crecimiento hemos decidido también reestructurar nuestra organización, creando las áreas de Tecnología y Entretenimiento/Consumo, que pasan a ser dirigidas por Arantza Chivite y Patricia García, respectivamente. Ambas llevan en la agencia desde 2018 y han formado parte de los equipos de comunicación de marcas como Samsung o Netflix.

 realme es la marca de smartphones y productos tecnológicos que más rápido crece en el mundo. Desde su lanzamiento en el mercado asiático, los productos realme han obtenido una gran acogida en el mercado por su rendimiento y estilo, con el hito de ventas de 1 millón de teléfonos móviles en 3 días, solo en India. realme es hoy una de las Top 4 marcas más vendida en India, Top 5 en Indonesia, y también ha entrado en el Top 7 a nivel global. El pasado noviembre, tan sólo un mes y medio después de su entrada en el mercado español, realme se colocó en el Top 5 de marcas de móviles en España. La compañía opera actualmente en más de 20 mercados en Europa y Asia.

Bandai Namco es una de las principales desarrolladoras, editoras y distribuidoras de videojuegos a nivel global, con algunas de las marcas más populares del sector en su catálogo. Entre otros, la compañía publica o distribuye videojuegos basados en licencias como Pac-Man, Dragon Ball, The Witcher, Naruto, Captain Tsubasa, One Punch-Man, Avengers o Cyberpunk 2077.

Por su parte, Martin Varsavsky es un emprendedor en serie e inversor que ha fundado 8 empresas en los Estados Unidos y Europa en los últimos 30 años. En la década de los 90, Varsavsky creó Viatel, que se convirtió en la primera red paneuropea de fibra óptica, y Jazztel, uno de los mayores operadores de telecomunicaciones del mundo. Cuando dejó Jazztel, la compañía estaba valorada en $770 millones y posteriormente fue vendida a Orange por $4.500 millones. A principios de la década de 2000, creó Ya.com, un proveedor de DSL y un portal de internet que luego se vendió a Deutsche Telekom por $650 millones. Posteriormente cofundó Eolia,  una de las compañías de energía renovable más grandes de España, vendida en 2019 por $1.6 mil millones. En 2015, fundó Prelude Fertility / Inception, hoy en día la cadena más grande de clínicas de fertilidad en los Estados Unidos. Recientemente, ha fundado en Madrid Goggo Network, que está ayudando a desarrollar el marco legal y de ingeniería para flotas de vehículos autónomos con la intención de gestionar estas flotas en un futuro no muy lejano, y Overture Life, empresa enfocada a automatizar los laboratorios de embriología.

Ingenico Group es la compañía líder global en pagos integrales que ofrece soluciones inteligentes para facilitar las transacciones en el comercio a través de todos los canales, ya sean puntos de venta físicos, digitales o móviles. La compañía es partner de las principales instituciones financieras y retailers, desde pequeños comercios hasta las marcas globales más reconocidas. 

Por último, Talent Garden es el lugar donde profesionales del mundo digital y tecnológico pueden trabajar, conectar y aprender juntos. Fundado en Italia en 2011, es la plataforma de innovación digital, escuela y espacio de coworking líder en Europa, con 23 campus repartidos en 8 países (Albania, Austria, Dinamarca, Irlanda, Italia, Lituania, Rumanía y España), que albergan a miles de talentos, incluyendo startups, autónomos, empresas y grandes corporaciones.

¡En PR Garage cumplimos 2 años!

«Time waits for nobody», que cantaba el bueno de Freddie Mercury. Y cuánta razón tenía. ¡En PR Garage ya hemos cumplido dos años! Suena a tópico, pero es que parece que fue ayer cuando arrancaba este proyecto que tenía unas buenas dosis de locura. Afortunadamente, la locura, en el buen sentido de la palabra, es algo que nos sobra tanto a Carlos Hergueta como a un servidor, los dos socios directores de la agencia.

Hoy por hoy, PR Garage es una agencia consolidada a pesar de su juventud; seria a pesar de su desenfado; conocida y reconocida entre los periodistas y los directores de comunicación a pesar de que no nos gusta hacer demasiado ruido; y con un recorrido amplio e intenso a pesar de que no hemos hecho más que empezar.

2016 fue un buen año para nosotros, pero 2017 ha sido aún mejor. En todos los sentidos. Hemos tenido la suerte de incorporar muchos y muy buenos clientes a nuestro portfolio: grandes marcas como Hootsuite, iRobot, Softonic, Vinissimus, TheVenture.City, AXN… que, aparte de darnos lo más valioso, que es su confianza, nos han permitido poner en marcha ideas locas o explorar ángulos y acciones poco habituales en el sector de la comunicación y las relaciones públicas. ¡Gracias a todos!

También hemos logrado reunir a un equipo de personas (con las Garagers Alba de Toro y Elvira Pérez a la cabeza) que son la base del día a día de la agencia. Perfiles que provienen de gigantes como Edelman o Globally, y que han contribuido en gran parte a lograr todos los objetivos que nos habíamos marcado para este 2017, que no eran pocos ni pequeños, precisamente. Somos conscientes de que no debió ser sencillo tomar la decisión de dejar una empresa multinacional y con mucha reputación para incorporarse a un proyecto como el de PR Garage, así que ¡millones de gracias para vosotras también!

Y como llevamos nuestro lema de «Thinking the Unusual» hasta sus últimas consecuencias, en este año también decidimos rizar el rizo y crear el Día Mundial de los Simpson, una campaña de metacomunicación que nos sirvió para aparecer en los principales medios españoles e internacionales.

Varios periodistas y algunos dircom de grandes empresas han coincidido al decirnos que «somos la agencia de moda». Desde luego, no pensamos que sea así, pero mentiríamos si dijéramos que no hemos engordado unos cuantos kilos al oírlo.

Este tipo comentarios y el trabajo realizado en 2017 no son más que alicientes para nosotros. Por supuesto, suponen también una enorme responsabilidad, lo que sólo nos puede llevar a seguir mejorando.

¡2018, ven para acá que te tenemos muchas ganas!

 

¿Tomamos un café?

Cualquiera que se dedique a la comunicación corporativa, independientemente de que lo haga en una agencia o desde el departamento de prensa de una empresa, sabe que el trato personal con los periodistas es la base de todo nuestro trabajo.

No sólo son nuestros «compañeros», ya que el trabajo de las dos partes da lugar a un ecosistema que se retroalimenta constantemente, sino que además son los mayores aliados a la hora de dar a conocer el trabajo de nuestros clientes o de nuestra compañía.

Esto no significa que todo valga. Evidentemente, yo no puedo pretender que un redactor me publique una nota de prensa vacía de contenido por el mero hecho de que tengamos una buena relación o nos llevemos bien. Es más, yo soy el primero que no les da la chapa si creo que lo que acabo de enviarles no tiene un contenido informativo de interés.

Lo primero es el respeto por el trabajo del otro, y esto es algo que cualquier ejecutivo de cuentas (y todo cliente) debe tener presente desde el primer momento. Los periodistas no están a sueldo de las empresas ni llegan a una redacción por la mañana esperando recibir las notas de prensa de las agencias.

Sin embargo, a medida que ha aumentado el uso de redes sociales o se ha impuesto la practicidad  de herramientas como el correo electrónico ha descendido el trato directo con los periodistas. Rara vez se tiene tiempo de levantar el teléfono para hablar de “nada” y menos aún de quedar a comer o unas cañas por el mero hecho de hacerlo, sin la intención de colocar ningún tema y sólo para saber qué tal estás, cómo te va en el trabajo y hay que ver cómo crecen los niños…

Los periodistas que me conocen saben que soy mucho del «¿tomamos un café?». Son muchos años trabajando para grandes (y no tan grandes) marcas en este sector y casi inevitablemente terminas haciendo amistad con bastantes personas, y como este negocio al final no se trata más que de eso, de personas, ¿cómo no vas a fomentar el contacto cara a cara lo máximo posible?.

En mi caso, me he movido y me sigo moviendo en los dos bandos: trabajo en el lado oscuro corporativo pero sigo haciendo mis colaboraciones en medios, que matan el gusanillo y además me dan muchas satisfacciones. Personalmente siempre he agradecido una llamada o un encuentro en persona, no sólo porque permite quitar frialdad a las relaciones laborales, sino porque ayuda a crear vínculos que luego facilitan el trabajo del día a día.

Es cierto también que en PR Garage tiramos mucho de WhatsApp: es rápido, eficaz y, si hay confianza, es una puerta de entrada más práctica que el email o la llamada, pero eso no implica que luego no terminemos rematando la conversación en una cafetería.

Y es que no puedo comprender que se esté renunciando al trato personal.  Yo, desde luego, no pienso hacerlo. He ganado muchos amigos gracias a ello y, sobre todo, he conseguido entender mucho mejor las necesidades actuales de los medios, sus prioridades y a valorar, siempre con criterio crítico, cuándo un tema puede interesar y a quién.

Porque amigos, no lo olvidemos, aunque a nosotros (y a las empresas con las que trabajamos) nos los parezca, no siempre estamos vendiendo sangre de unicornio… Además, trabajamos en comunicación, ¡no podemos renunciar a ella! 

El fabuloso mundo de las propuestas de comunicación

Cualquiera que haya trabajado en una agencia (o que conviva con alguien que lo haga) sabrá lo estresante que es preparar una propuesta para un posible cliente o para participar en un concurso. Personalmente, y salvando las enormes distancias, me gusta compararlo con un parto, puesto que el esfuerzo es brutal y, al terminar, uno casi siempre siente que se ha vaciado, dando todo lo que puede y estirando su creatividad como si fuera un chicle (si no tienes esa sensación, dale otra vuelta a la propuesta porque puede que no esté acabada…).

Atravesamos un momento en el que ya no sirven las propuestas genéricas, con acciones poco concretas y presumiendo de lo buena que es nuestra agencia y de la cantidad de cosas que hemos hecho en el pasado. Por un lado, el cliente espera un montón de ideas rompedoras, que entiendas su marca al dedillo y que, además, seas barato. Por otro tienes a los periodistas, a los que no les va a interesar ni la mitad de lo que plasmas en tu propuesta y con los que cada vez tienes que hacer más carambolas para que te publiquen las cosas.

Y en medio tú, una agencia que pelea con las otras muchas que hay en el mercado y que pone todas sus ilusiones en que salga este proyecto. Pero, como en las películas de los sábados de Antena 3, cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia. Y esto es así por varias razones.

  1. El papel de extra. En muchas ocasiones te llaman a concurso para que hagas de «figurante», ya que el dircom de turno ha de convocar obligatoriamente a X agencias, a pesar de que tiene bastante claro a quién le va a dar la cuenta. Y no, no vas a ser tú, pero claro, tú no lo sabes y te pones tan contento por poder participar y demostrar lo creativo que eres.
  2. El «Missing in action». En un alto porcentaje de las veces, presentas y defiendes tu propuesta y, pasado un tiempo, nadie te responde. No sabes si les ha gustado, si les ha parecido que eres un vendehumo que no se entera de nada, o si es que ni siquiera han tomado aún una decisión. Por supuesto, cuando transcurre aproximadamente un mes, ya sabes que te puedes ir olvidando del asunto.
  3. El timo de la estampita.  Esta puede que sea la peor de todas, por lo que molesta y por lo tonto que te sientes. Se produce cuando tienes la sensación, casi siempre muy certera, de que tanto tu propuesta como la del resto de agencias sólo han servido para aportar frescas y jugosas ideas a la gente de comunicación que ha convocado el concurso. Sienta bastante mal, y esto me ha pasado en un par de ocasiones, ver cómo se materializa luego en medios alguna de las ideas que habían salido de tu cabecita y que, inocentemente, le habías propuesto al «futuro» cliente.

Como digo, preparar una propuesta de este tipo conlleva mucho esfuerzo. Detrás hay horas de trabajo de un equipo que hace el costoso ejercicio intelectual de interiorizar los mensajes de la empresa que te ha convocado, estudiándose el briefing como si preparara una oposición y leyendo todo lo que se ha publicado sobre la compañía para, finalmente, generar un montón de ideas, acciones, eventos, noticias, etc, que consideras que encajan en lo que la marca necesitas y, además, pueden hacerte ganar el concurso.

Los que trabajamos en Comunicación sabemos que este es un negocio de personas y esto precisamente tendría que tenerse en cuenta en este tipo de procesos. Bastaría con un «recibido, gracias»; «lo sentimos pero nos ha gustado más la propuesta de otra agencia»; «está muy bien lo que proponéis, pero habría que ajustar un par de puntos»; o, «¡enhorabuena! Nos ha encantado vuestra propuesta, ¿cuándo empezamos?». No se trata de darte una palmadita en la espalda, simplemente es dar una respuesta a un equipo de gente que, no sólo la está esperando, sino que te ha dedicado un tiempo y un esfuerzo (que le ha racaneado a su familia, a su tiempo libre o a otros clientes).

Por supuesto, el pagar a las agencias que participan en el concurso, como se comenta últimamente mucho en el sector (sobre todo si sabes que lo que estás pidiendo es un plan de comunicación «by the face» y no tienes intención alguna de contratar), si eso ya tal…