
Uno de nuestros quehaceres favoritos en PR Garage, además de cuidar de las cuentas de nuestros clientes, son nuestras habituales visitas a Google Campus. Allí impartimos cursos de iniciación a la comunicación para startups. Egoístamente, debemos decir que estas clases se convierten en tan enriquecedoras para nosotros, como (esperamos) para estas incipientes compañías. Nuestra última clase la impartimos el pasado viernes 7 de abril de 2017.
La mayoría de las startups que vienen a nuestras mentorías en Google Campus son un lienzo en blanco, comunicativamente hablando. Las hay que ya han hecho sus pinitos en este mundo, pero no es lo habitual, y aquellas que ya han trabajado con medios, normalmente lo han hecho por su cuenta, sin un objetivo, un mensaje o una estrategia claras.
De esta forma, resulta muy interesante para nosotros ver que cada una de ellas suele buscar una cosa bien diferente: notoriedad de marca en el mercado de consumo, descargas de una app, contratación de servicios de empresas, llamar la atención de inversores… A veces es una de estas cosas, otras veces varias e, incluso, puede que todas.
En este sentido, también solemos percibir que entre las startups existe desconfianza en cuanto a en quién confiar o, incluso, en cuanto a la comunicación en sí misma. Puede ser por una mala experiencia con un intento propio o por haber confiado en un tercero que no consiguió los objetivos esperados. Suele ser cuando llegamos a este punto cuando nos encontramos con la enseñanza más valiosa que cosechamos al trabajar con startups en Google Campus: la importancia de escuchar, planificar y reportar.
Tan importante como el trabajo que se hace en el día a día son las conversaciones previas con el cliente, el análisis de sus objetivos y necesidades y el planteamiento de la estrategia que se va a seguir. También de informar en el día a día sobre qué estás haciendo, con quién y cómo.
Ese análisis, que llevar a profundizar en las raíces de tu cliente, a entenderle, es lo que conforma el servicio 360 que hemos de ofrecer, a la fuerza, las agencias de comunicación. Quizá para un cliente sea suficiente PR tradicional, mientras que para otro sea más válida una campaña en redes social o apostar por anuncios móviles que consigan conquistar el Top 10 de un marketplace. O todo a la vez.
En realidad, esta lección aprendida en Google Campus es el día a día de nuestro trabajo y algo que tenemos en cuenta para cada uno de nuestros clientes. Pero viene bien que aquellos que están construyendo empresas desde cero, movidos por la ilusión y el sacrificio, que tienen todo el camino por recorrer, te lo recuerden.