Confirmado lo que nos temíamos, nos enfrentamos a la “revalida” y no nos referimos al examen final de primaria ordenado por la LOMCE, sino al nuevo proceso electoral ya en marcha que culminará con nuevas votaciones el próximo 26 de junio. Analizamos hoy lo que pensamos que, como ciudadanos y profesionales de la comunicación, los votantes esperan que sea la comunicación de los partidos en 2016.

En realidad la comunicación política debiera ser bastante sencilla si no fuese por la “mochila” con la que cargan todos los partidos políticos y cada candidato. En esas mochilas cabe de todo y ese equipaje condiciona muchas veces las acciones, propuestas y forma de actuar de los partidos.

La comunicación que debe llevar a los votantes a las urnas con la papeleta de su partido bajo el brazo debe basarse en 6 principios que todo buen político, alguno habrá, debería tener en cuenta:

  • Honestidad. No mientas, no llames a las cosas por otro nombre, ni utilices eufemismos.
  • Simplicidad. Explica las cosas como son para que las entienda la mayor parte posible de los ciudadanos.
  • Responsabilidad. Cumple con lo que prometas en el tiempo y forma indicado y, si no puedes hacerlo, explica claramente los motivos y asume las responsabilidades empezando por ti mismo
  • Coherencia. Establece un ideario y unos principios y desarrolla tu organización, tus programas y acciones de acuerdo con ellos.
  • Transparencia. No basta con tener buenas ideas o intenciones, hay que plasmar su ejecución en un programa detallado que permita a los votantes saber lo que cuesta poner en marcha cada medida y en qué afecta al conjunto de la economía y de la sociedad. Encontrar el equilibrio es difícil pero, a la larga, adoptar decisiones informadas por parte de los votantes genera menos tensiones.
  • Ilusión. Transmite tus ideas de forma creativa para hacer aflorar los sentimientos de los votantes de manera que hagan suyas tus ideas y tu programa.

Además la política en cualquier sociedad de nuestro siglo debería tender a la consecución del bien común, del progreso y del desarrollo de la misma. Cualquier fin que nos aleje del bien común no debería ser contemplado por ningún partido. Si un político o partido se rige por esos principios logrará generar la confianza perdida.

Para ello, necesitarán desarrollar una comunicación multicanal eficiente, que haga uso de los diferentes canales a su disposición para llegar a todo tipo de ciudadanos (medios de comunicación, redes sociales, encuentros, visitas, mítines, incluso carteles y publicidad electoral).

El partido que consiga la comunicación más efectiva con el menor coste ya habrá ganado mucho en la estima de los votantes en esta etapa de hastío por la política y de crisis económica.

Queda algo más de un mes para las elecciones, la precampaña calienta motores, ¿nos animamos a ver qué hay debajo del capó de la maquinaria electoral de los partidos más representativos en España? Estaremos atentos pero no esperamos sorpresas.