Normalmente sólo comparto posts «profesionales» por aquí, pero esta vez me gustaría hacer una reflexión más personal, ya que estoy hablando del que sin duda es el proyecto más importante en el que he podido participar. ¿Cinco años es mucho o es poco? Supongo que según se mire. Para mí los cinco años que acaba de cumplir PRGarage han sido una vida entera.

En cinco años un niño ya es capaz de leer y escribir. Es también lo que tardó en construirse el Titanic o el tiempo que dedicó Velázquez a pintar Las Meninas. Evidentemente, nosotros no somos una obra de arte, pero creo que tampoco estamos tan mal. Y es que a PRGarage le sucede lo mismo que nos pasa a algunas personas: que aparenta ser más mayor de lo que es cuando en realidad estás hecho un chaval. En el caso de la agencia no se debe al exceso de arrugas o a la ausencia de pelo, sino más bien al tamaño adquirido y a la madurez conseguida, productos sin duda de la buena alimentación que le proporcionan a diario todos los miembros que forman esta familia.

Cuando antes del verano de 2015 empezó a tomar forma en mi cabeza el proyecto, para nada estaba previsto que fuera algo tan grande. Para mí era más bien la manera de poder seguir asumiendo proyectos de clientes sin morir en el intento, ya que por esa época llevaba un par de años trabajando de freelance, usando algunos bares como oficina y permaneciendo despierto a esas horas en las nunca lo están las personas decentes.

En octubre de ese mismo año ya éramos la agencia de PR de iRobot y les estábamos organizando un evento para casi 300 personas en Madrid. En diciembre conseguimos firmar las escrituras (después de casi 6 meses de trámites), y en enero comenzaba un año que encarar daba tanto vértigo como alegría.

Desde entonces he vivido en una montaña rusa permanente, en la que he tenido la suerte de tener a Carlos Hergueta como compañero de asiento; un compañero con el que no he tenido una sola discusión importante en todo este tiempo, que siempre ha sabido adaptarse, acelerar cuando era necesario y frenar cuando lo requería la situación. Creo que salvo Carlos Sainz, nadie ha tenido un copiloto mejor nunca.

Lo único que teníamos claro, y que ha sido una constante en nuestro camino, es que queríamos cambiar, aunque sólo fuera un poco, la forma en que se hacían las cosas en Comunicación y Relaciones Públicas. Sabíamos que había una oportunidad de hacerlo distinto, de ser distintos, y de alguna manera creo que lo hemos conseguido. Nos hemos hecho hueco siendo honestos, transparentes, cuidando mucho la calidad de todo lo que sale de la agencia, y tratando de vivir siempre diez pasos por delante. Os aseguro que no ha sido fácil pelear a la contra en un sector saturado, con grandes competidores a los que muchas veces también hemos tomado como referencia, y que siempre es el primer perjudicado cuando las cosas van mal económicamente.

El paso del tiempo ha traído, por supuesto, clientes importantes, entre los que Google sigue ocupando un lugar de honor por la confianza que pusieron en una agencia que por aquel entonces tenía 3 años recién cumplidos y un equipo de 7 personas. Gracias, Anaïs; otra compañera de viaje que siempre conviene tener cerca. Por supuesto también marcas como Samsung, HBO, Hasbro, Disney, Orange, realme, Free Now, milanuncios, que nos han colocado en un escaparate incomparable y que nos han hecho tener un portfolio de clientes que muchos quisieran… Mención especial a WWE y Hootsuite (gracias a ti también Ainara, por cambiar a la Reina por La Virgen), que llevan con nosotros desde incluso antes de que PRGarage existiera como tal.

Hoy, somos un equipo de 20 personas que para mí, y sin ánimo de pelotear a nadie, son de lo mejor que se puede encontrar en este sector; tenemos 30 clientes que confían en nosotros y que nos dan la libertad de asesorarles y ayudarles a crecer, y hemos conseguido colarnos como una de las 50 mejores agencias de España, siendo la 7º con la que más quieren trabajar los directores de comunicación y marketing, según el ranking que elabora anualmente la revista El Publicista.

Todo esto, sinceramente, me parece una barbaridad, y el sentido común me dice que debería haber tardado muchos más años en suceder pero, volviendo a la relatividad del tiempo que mencionaba al principio del texto, tengo la sensación de que ha sucedido a la velocidad de la luz. Por eso, ¿cinco años son muchos?, ¿son pocos? Pues mire, oiga, yo ya no lo sé. ¡Si hasta hemos rechazado una oferta de compra por parte de una consultora!

Lo que sí sé es que, como Lina Morgan, estoy agradecido y emocionado. Agradecido a todos los compañeros y clientes que forman y han formado parte de este proyecto. Por supuesto también a los periodistas que nos apoyan a diario. Y emocionado por estar viviendo algo tan extenuante como motivador, tan alucinante como, muy frecuentemente, frustrante.

Es imposible saber qué sucederá en los próximos 5 años. Ojalá se mantenga la tendencia, ojalá nos acompañe la suerte. De momento nos sobran fuerzas y hambre y, como diría Sabina, el párroco que ha de darnos la extremaunción no es todavía monaguillo.